No podemos luchar contra el tiempo. Es irremediable.
A medida que pasan los años nuestras células dejan de funcionar, se
ralentizan y la regeneración celular es cada vez menor. En definitiva: La oxidación empieza a causar estragos.
Y te preguntarás, ¿cuál es el causante de la oxidación?
Desde que nacemos estamos expuestos a los agentes externos que son los
principales responsables del envejecimiento de nuestra piel: el humo, el
sol, el tabaco, …
Todos estos tóxicos a los que nos enfrentamos día tras día se reflejan en nuestra piel con claras señales. A continuación los signos más comunes de la oxidación o envejecimiento:
- Sequedad ó imposibilidad de que el cuerpo se mantenga hidratado.
- Aparición de arrugas. La ralentización de la regeneración celular provoca una pérdida de colágeno que hace que cada vez aparezcan más arrugas.
- Falta de elasticidad. La oxidación producida por los radicales libres destruyen el colágeno y la elastina de la piel, haciéndola más rígida y seca.
- Falta de brillo. Los signos de fatiga hacen que la piel se muestre más apagada, cuarteada y sin vida.
- Aparición de manchas. Causada por una mala distribución de melanina en la piel.
Cómo evitar el envejecimiento
Pero ¿cómo evitarlos? No podemos evitarlos pero sí protegernos y alargar nuestro envejecimiento celular con el uso de antioxidantes. Por ello, la Vitamina C ¡es tu aliado! ya que crea un escudo protector frente a todos estos tóxicos.De hecho la vitamina C es uno de los principios activos más valorados en dermatología debido a sus múltiples beneficios sobre la piel. No sólo es uno de los más potentes antioxidantes conocidos, además estimula el metabolismo cutáneo y la formación de colágeno.¿A qué esperas para subirte al carro de la Vitamina C?